Hoy le estaba contando a mi papá todo esto de la política arancelaria, porque a mucha gente la asusta. Vemos que el mercado está en rojo, los titulares son siempre malas noticias, todo es caos e incertidumbre. Bueno, un poco sí, pero tampoco tanto. Entonces él me dijo algo que me sonó fuerte: que todo esto iba a terminar en una guerra, que el mercado se iba a desplomar por completo. Y la verdad es que no sé si el mercado se va a desplomar o no, pero sí siento que ya está bastante sacudido. Y sin embargo, Trump sigue adelante: una vuelta de tuerca más.
A raíz de esa charla me surgió hacer este informe. Es algo que vengo mencionando hace tiempo y que por ahí no estaba tan claro o estructurado hasta ahora. En este pequeño informe abordo los acuerdos de Bretton Woods y el Neoliberalismo para compararlos con este nuevo plan económico global que propone Donald Trump con su famoso “MAKE AMERICA GREAT AGAIN” (MAGA).
1. Introducción
Desde hace tiempo que Donald Trump viene utilizando las tarifas aduaneras como una de sus herramientas más potentes dentro de su arsenal político y económico. Lo que en un primer momento muchos analistas consideraban una simple movida táctica para presionar a China o una estrategia electoral para ganar simpatía en estados clave, en realidad encierra una ambición mucho más profunda. En este informe vamos a meternos de lleno en la propuesta estructural del equipo económico de Trump, una estrategia que pretende rediseñar desde cero el sistema comercial global, colocando nuevamente a Estados Unidos en el centro.
Lo más interesante de todo es que, según sus propios asesores, lo que parece una sucesión de decisiones erráticas —lo que algunos llaman la “fábrica de caos”— es, en realidad, la primera fase de una estrategia compleja. Una etapa inicial pensada cuidadosamente para reposicionar a EE.UU. como potencia manufacturera y reconfigurar la arquitectura global del comercio, las monedas y la seguridad internacional. Es un enfoque profundamente geopolítico y comercial, y como veremos, también con fuertes raíces históricas.
2. Fundamentos históricos del orden económico global
2.1. Bretton Woods (1944–1973)
Este sistema surgió en plena Segunda Guerra Mundial, con el objetivo de evitar otra depresión global como la de 1929. En la conferencia de Bretton Woods, celebrada en New Hampshire en 1944, se establecieron las bases de un nuevo orden económico global liderado por Estados Unidos. Los pilares fundamentales fueron tres:
- Las monedas del mundo se ataban al dólar, y el dólar a su vez estaba respaldado por el oro.
- Estados Unidos se comprometía a brindar protección militar a sus aliados, construyendo así una red de seguridad global.
- Se impulsaba el desarrollo industrial de esos países aliados a través de políticas de apertura del mercado estadounidense, al mismo tiempo que se les permitía cierta protección comercial para reconstruirse.
Este sistema permitió la reconstrucción de Europa occidental y Japón en la posguerra, ayudando a crear aliados fuertes y estables. A cambio, EE.UU. consolidó al dólar como la moneda de reserva internacional y reforzó su hegemonía política y económica en plena Guerra Fría.
2.2. Neoliberalismo (1980–2016)
Con la llegada de Ronald Reagan y Margaret Thatcher, el mundo giró hacia un modelo de liberalización financiera y comercial profunda. Este nuevo orden se estructuró sobre varios principios:
- Apertura de mercados sin restricciones.
- Eliminación de barreras arancelarias.
- Flexibilización de los tipos de cambio.
- Fortalecimiento del rol del dólar como centro del sistema.
Este modelo funcionó bien para EE.UU. en términos financieros. Permitió que el país mantuviera un alto nivel de consumo, atrajera inversiones extranjeras y emitiera deuda en su propia moneda. Pero a nivel industrial, el efecto fue negativo: muchas empresas comenzaron a deslocalizar su producción, buscando mano de obra más barata, sobre todo en Asia. La consecuencia fue la desindustrialización de vastas regiones, especialmente en el “Rust Belt”.
2.3. Transición y crisis del modelo
La decisión de Nixon en 1971 de abandonar el patrón oro marcó el comienzo de la transición. Luego, en 2001, la entrada de China a la OMC fue otro punto de inflexión. Asia se convirtió en la fábrica del mundo, mientras que en EE.UU. se perdían millones de empleos industriales. Todo esto sentó las bases para que emergieran propuestas rupturistas como la de Trump, que prometen un retorno a la producción local y el proteccionismo estratégico.
3. Diagnóstico MAGA: ¿Por qué falló el orden actual?
El diagnóstico de Trump y su equipo económico es directo y contundente: el orden actual ha provocado el vaciamiento industrial de Estados Unidos. Lo respaldan con datos claros:
- En los años 50, el sector manufacturero representaba cerca del 28% del PIB estadounidense. Hoy, esa cifra apenas llega al 10%.
- Esta caída implicó la destrucción de comunidades enteras, en lo que se conoce como el “Rust Belt”. Estos territorios terminaron siendo clave para el triunfo de Trump en 2016 y 2024.
- Paralelamente, China se consolidó como una superpotencia industrial, desplazando a EE.UU. en varias áreas tecnológicas y productivas.
Para los asesores MAGA, esta situación va más allá de la economía. Es una amenaza a la seguridad nacional. En caso de un conflicto bélico, como una posible invasión de Taiwán, la falta de capacidad industrial interna limitaría severamente la capacidad de respuesta militar de Estados Unidos. Por eso, reindustrializar no es solo una consigna económica: es una necesidad estratégica.
4. Actores clave del nuevo equipo económico
4.1. Scott Bessent
Es el actual Secretario del Tesoro. Tiene un perfil poco convencional para el cargo: fue un exitoso gestor de fondos de cobertura y trabajó con George Soros en la histórica apuesta contra la libra esterlina en los 90. También se dedicó a la docencia universitaria, impartiendo clases de historia económica en Yale. Bessent combina pragmatismo financiero con una mirada geopolítica de largo plazo.
4.2. Stephen Miran
Es el principal asesor económico de Trump. Su trabajo reciente, “Guía del usuario para reestructurar el sistema comercial mundial”, ha generado gran interés en Wall Street. Es un estratega de corte académico, pero con una fuerte vocación práctica. Cree que EE.UU. puede recuperar su industria sin renunciar al rol del dólar como moneda de reserva. Su visión es la de un nuevo sistema global con reglas más equilibradas, en las que los países que juegan limpio son recompensados.
5. El plan MAGA para un nuevo orden comercial global
5.1. Etapa 1: Caos arancelario
Estamos actualmente en esta fase. Trump ha implementado aranceles altos de forma generalizada, afectando tanto a rivales como a aliados históricos. A primera vista, parece caótico. Pero según Bessent y Miran, se trata de una estrategia para crear poder de negociación. Estas medidas permiten sentarse a la mesa de futuros acuerdos con una ventaja clara. Como dijo Bessent: Trump sumó una tercera pata a su política económica, usando los aranceles como instrumento de política internacional.
5.2. Etapa 2: Aranceles recíprocos
Una vez alcanzado el apalancamiento deseado, el objetivo es establecer relaciones comerciales simétricas. La idea es que ningún país tenga ventajas arancelarias unilaterales. Esto evitaría retaliaciones como las que impuso China en 2018, y fomentaría un comercio más justo. Miran destaca que así se premiará la innovación, el respeto por la ley y la transparencia regulatoria, castigando prácticas como el dumping o el robo de propiedad intelectual.
5.3. Etapa 3: Acuerdos Mar-a-Lago
Inspirados en el espíritu de Bretton Woods, pero sin el patrón oro, estos acuerdos establecerían un nuevo orden. Los países “verdes” —los más alineados con EE.UU.— fijarían sus monedas al dólar. A cambio, obtendrían acceso privilegiado al mercado estadounidense, protección militar y beneficios financieros.
Los “amarillos” tendrían acceso parcial, y los “rojos” quedarían excluidos o bajo sanciones. Es una forma de reordenar el mundo en esferas de confianza y alineamiento, usando el poder económico como ancla de la influencia geopolítica.
6. Dilemas estructurales del modelo MAGA
6.1. Reindustrializar con dólar fuerte
Acá aparece la paradoja: mantener al dólar como moneda de reserva lo fortalece, pero eso encarece las exportaciones y perjudica la industria. Miran propone mecanismos de coordinación monetaria internacional para evitar que el dólar se sobrevalúe demasiado. Incluso plantea esquemas de intervención conjunta, como los que existieron en los años 80.
6.2. Riesgo de proteccionismo global
Los economistas más ortodoxos advierten que un regreso al proteccionismo podría generar guerras comerciales globales, como ocurrió en los años 30. Sin embargo, el equipo MAGA responde que EE.UU. tiene una posición privilegiada: todos quieren exportar hacia su mercado, lo que le da margen para imponer condiciones.
6.3. Confianza internacional
El gran problema es la credibilidad. ¿Por qué otros países se sumarían a un nuevo sistema liderado por EE.UU. si Trump ya ha roto tratados anteriores, como el TLCAN? Para que esta arquitectura funcione, se necesitará construir confianza a largo plazo y ofrecer garantías sólidas de estabilidad y previsibilidad.
7. Comparaciones con acuerdos históricos
7.1. Bretton Woods
Fue el modelo original de cooperación internacional bajo liderazgo estadounidense. Estableció reglas claras, acceso al dólar, y beneficios económicos y militares. El plan MAGA busca algo similar, pero adaptado a un mundo más multipolar.
7.2. Acuerdo Plaza (1985)
Fue un acuerdo entre EE.UU., Japón y Europa para devaluar el dólar y equilibrar el comercio. El modelo MAGA apunta a un objetivo parecido: restaurar la competitividad industrial, pero con mecanismos permanentes.
7.3. Rupturas recientes
Trump ha demostrado estar dispuesto a salir de acuerdos que él mismo firmó. Eso debilita la confianza de los socios internacionales y puede complicar la negociación de un nuevo marco cooperativo.
8. Conclusión
El modelo MAGA no es simplemente un revival del proteccionismo clásico. Es una apuesta estratégica por rediseñar el orden global. Busca recuperar soberanía industrial y, al mismo tiempo, mantener el rol del dólar como columna vertebral del sistema financiero internacional.
Es una propuesta audaz, con muchos riesgos, pero también con una lógica interna coherente desde la perspectiva de sus impulsores. Apuesta a reconfigurar completamente el equilibrio entre comercio, moneda y poder militar, situando a EE.UU. en una posición de árbitro y eje del nuevo orden global. Sin embargo, el éxito de esta propuesta dependerá de varios factores difíciles de garantizar: la voluntad de otros países de aceptar reglas asimétricas, la estabilidad interna en EE.UU., y la capacidad de sostener el dólar como moneda de reserva sin que eso vuelva a ahogar la industria nacional. Por ahora, el modelo MAGA representa un experimento geoeconómico sin precedentes en tiempos modernos, con ramificaciones que podrían cambiar radicalmente la dinámica internacional en los próximos años.
No se si este plan va a funcionar, ni lo apoyo ni nada, pero es lo que hay en juego y me parece prudente analizarlo, porque nos da un contexto muy claro y nos abre un campo de trabajo mucho más preciso.
En vez de dejarnos llevar por el sensacionalismo, analicemos la política que se firma, no la que sale en los medios, porque en los medios te hablan de miedo y caos, para que sucumbas, para que no te metas y que si estas te quieras ir.
Sin entrar en análisis técnico, vemos que todos los indicadores marcan que estamos tocando niveles de liquidez muy altos, hay que ver que pasa. Lo único que sabemos es que los tiempos han cambiado y las políticas económicas tienen que mutar a este nuevo sistema financiero. Si es justo o no, si sirve o no, no lo sabremos, pero por lo menos sabemos donde estamos parados y por donde van los tiros.
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