Después de arrasar en la Ciudad de Buenos Aires, Milei y La Libertad Avanza pisa fuerte en el territorio. ¿Estamos frente al nacimiento de una nueva hegemonía política en la Argentina?
Durante dos años, el mileísmo fue una criatura mediática: gráficos, inflación, videos virales, cadenas nacionales y debates que parecían sketchs. Pero esta vez, el dato no vino del INDEC ni de Bloomberg. Vino de las urnas. Y habló clarito.
En el primer test electoral de 2025, La Libertad Avanza barrió en la Capital. No fue solo una victoria, fue el principio del fin para el PRO en su bastión histórico. Y, con eso, Milei dejó de ser un fenómeno disruptivo de redes para transformarse en el nuevo polo de poder real.
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Milei puso fin al bastión amarillo
La Ciudad de Buenos Aires fue durante 18 años la casa del macrismo. Desde 2007 hasta acá, el PRO gobernó, creció, exportó candidatos, hizo escuela. Bueno… hasta ahora. Porque en estas elecciones, el partido de Milei triplicó sus votos de 2023 y dejó al PRO tercero.
Sí, tercero. En su casa. Es como que River pierda de local contra Deportivo Riestra y encima lo pase San Lorenzo. Impensado.
Y lo más fuerte es que el kirchnerismo ni siquiera entró en la conversación. El voto opositor no es que se fragmentó: se reordenó. El electorado anti-K encontró en Milei un nuevo líder. Y Macri, aunque con tono diplomático, lo admitió: “esta vez lo apoyamos a él porque pidió respaldo para el plan económico”.
El exito de Milei de la pantalla al territorio
Esto no es solo un fenómeno de la Ciudad. En las últimas semanas, LLA ganó en Jujuy, Salta, y armó alianzas en Chaco. Ya no es solo una ola mediática con buena data en redes. Es un actor territorial. Uno que empieza a construir poder desde arriba hacia abajo. Desde la Rosada hacia el conurbano, el norte y lo que venga.
El “efecto derrame” ahora es político. Las reformas de Milei (inflación bajando, dólar estable, ajuste a sangre) están haciendo lo que no logró ningún power point: generar voto real.
Provincia de Buenos Aires: el terreno sagrado del peronismo
Acá se define todo. Porque si bien la Ciudad es clave, la Provincia de Buenos Aires es el corazón del poder político argentino. 40% del padrón. El músculo del PJ. El último bastión real del kirchnerismo.
La gobierna Axel Kicillof, el candidato de Cristina, el que ya avisó que va a jugar fuerte para “frenar a Milei”. Y el 7 de septiembre se vota ahí. Si el león logra un batacazo en PBA, no solo hiere al kirchnerismo: lo deja sin territorio, sin narrativa y sin caja.
Y además, desde esa elección salen 35 diputados nacionales. Si el oficialismo la rompe, Milei podría acercarse a una mayoría legislativa propia en octubre. Y eso sería otra Argentina.
¿Milei + Macri o Milei vs Macri?
La gran pregunta. ¿Van a aliarse o van a seguir midiéndose el ego? En 2023 fueron divididos y el peronismo retuvo la Provincia. Ahora, después de la paliza electoral en la Capital, el PRO quedó debilitado y sin rumbo.
Adorni salió con un mensaje de conciliación: “tabula rasa”, sumemos fuerzas. Pero en off, en el entorno libertario se escucha otra cosa: “el PRO ya fue, reclutemos a los que sirvan y sigamos solos”. Ni Macri ni Bullrich están cómodos en ese escenario.
La unidad sería clave para ganarle al peronismo, pero la tensión entre libertarios y macristas no baja. Y eso puede volver a jugarle a favor a Kicillof.
Octubre define el Congreso
Las legislativas de octubre pueden ser el punto de inflexión institucional del gobierno de Milei. Hasta ahora, cada reforma, cada ley, cada decreto fue una guerra. Con más bancas propias, la cosa cambia.
Y si logran consolidar la ola violeta en PBA, las chances de armar una mayoría son reales. No total, pero sí suficiente para profundizar el plan sin pedir permiso.
¿Está naciendo una nueva hegemonía?
Es temprano para afirmarlo, pero las piezas se están moviendo. El kirchnerismo resiste, pero con menos fuerza. El PRO se achica. Y La Libertad Avanza empieza a ocupar lugares que antes ni soñaba.
Milei ya no es solo un outsider con lenguaje incendiario. Ahora es gobierno, es poder y quiere ser sistema. Si gana en la Provincia y crece en el Congreso, no va a haber vuelta atrás: nace el mileísmo como estructura duradera.
Y ahora, el turno es tuyo:
- ¿Qué tiene que hacer Milei para ganar en la Provincia?
- ¿El PRO debería sumarse o dejarlo solo?
- ¿Puede LLA sostener esta ola sin romperse por dentro?
Contámelo en los comentarios y abramos el debate.
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