Mercado argentino: el riesgo país cerca del límite

Introducción

El mercado argentino volvió a quedar en el centro de la escena. Tras las elecciones y un arranque eufórico, los precios de las acciones, los bonos y el riesgo país parecen entrar en una fase más prudente. No es casual: lo que sigue depende menos del entusiasmo y más de la consistencia macroeconómica.
JP Morgan, PIMCO y hasta el Financial Times empezaron a ponerle lupa al régimen cambiario, mientras el Gobierno insiste en sostener las bandas y el control parcial de capitales. En paralelo, el shutdown más largo de la historia en Estados Unidos restó liquidez global, enfriando un rally que había alcanzado su punto más alto en octubre.

Hoy el interrogante no es si el mercado argentino está barato —porque lo está—, sino si puede sostener la narrativa optimista sin resolver su dilema central: cómo acumular reservas sin perder el ancla del tipo de cambio.


Mercado argentino tras las elecciones: qué cambió y qué no

El Merval en dólares cayó un 4,5 % en la semana, justo después de tocar los mismos máximos alcanzados en mayo tras el acuerdo con el FMI. La historia parece repetirse: euforia electoral, suba de bonos, entrada de flujos locales y luego, pausa.

En pesos, el índice llegó a nuevos máximos históricos, superando los 3 millones de puntos antes de corregir. Técnicamente, sigue en tendencia alcista, apoyado en los promedios de 50 y 200 días. Pero en dólares, el techo vuelve a estar en torno a los $2080, y la lectura es clara: mientras no haya señales nuevas en política cambiaria, las valuaciones necesitan aire.

El mercado argentino no corrigió por sobrevaluación, sino por expectativas: los inversores descuentan que el rally postelectoral no puede sostenerse sin cambios estructurales.


Merval: máximos en pesos, resistencia en dólares y lectura técnica

La comparación entre el Merval en pesos y el “Merval en dólares” sigue siendo fuente de confusión. El primero refleja la realidad local de un activo financiero medido en una moneda que se deprecia; el segundo es una conversión teórica que intenta traducir expectativas.
En dólares, el índice frenó en la misma resistencia de mayo. Galicia, Macro e YPF tocaron niveles similares a aquellos de posacuerdo con el FMI. Técnicamente, esa confluencia de resistencias invita a una toma de ganancias natural.

El rally anterior había sido de casi 50 %, con un riesgo país que pasó de >1.000 a ~650 . La corrección de ahora, cercana al 4 %, no cambia el sesgo de fondo: el mercado argentino sigue en modo alcista, pero con una nueva condición: necesita señales de consistencia macro, no solo entusiasmo electoral.


Bonos argentinos: zona de rollover y la aritmética del 8,75 %

El riesgo país ronda los 638 puntos, cerca de los mínimos del año, pero aún lejos de la zona de “rollover” que Caputo marcó como objetivo: rendimientos en torno al 8,75 %.
Con los precios actuales, los bonos más cortos (AL29) necesitan subir menos de 5 %, y los más largos (GD38, GD41) entre 10 % y 12 % para entrar en esa zona.

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Si Argentina lograra refinanciar su deuda externa a ese nivel, sería el primer paso hacia una normalización. Pero el mercado advierte que una TIR de 8,75 % todavía es insostenible: el país debería tender a rendimientos más cercanos al 6 %, como Brasil. Para eso haría falta algo más que narrativa: señales concretas de solvencia, reservas y confianza.


Mercado argentino y la tesis JP Morgan: bancos y energía al frente

El informe de JP Morgan fue claro: mantiene una visión “constructiva” sobre el mercado argentino, apoyada en los sectores bancario y energético.
El forward P/E de 9,7x es el más alto desde 2021, pero sigue por debajo de las valuaciones del ciclo 2017–2018 (13,3x). Traducido: las acciones subieron, pero los precios siguen reflejando cautela.

Para una posible reclasificación a mercado emergente MSCI, el banco identificó a YPF, Galicia, Macro, Vista, Pampa, TGS, BBVA y Central Puerto como candidatas. El obstáculo principal sigue siendo la liquidez y la permanencia del cepo.

JP Morgan estima al menos un año de transición antes de una recalificación formal. Mientras tanto, su tesis se apoya en tres supuestos:

  1. Continuidad fiscal y monetaria austera.
  2. Reapertura paulatina del acceso al mercado internacional.
  3. Mantener aprobación política y baja inflación.

PIMCO, Financial Times y el “elefante” del régimen cambiario

El gran debate volvió: ¿qué hacer con el régimen cambiario?
El informe de PIMCO fue lapidario: sin flotación libre no habrá entrada de “real money”. El Financial Times lo expresó aún más crudamente: “Milei desafía los llamados a liberar el peso y acelera las reformas”.
Es el primer roce serio de la “luna de miel” entre el mercado y el Gobierno.

El dilema es circular: el Ejecutivo dice que acumulará reservas cuando baje el riesgo país; el mercado responde que el riesgo país bajará cuando el BCRA acumule reservas. En criollo: huevo o gallina.

Sin resolver esa tensión, el mercado argentino puede mantenerse estable, pero no atraer flujos nuevos.


Mercado argentino: ¿la recompra de deuda como llave del laberinto?

Una posible salida al laberinto es la recompra de deuda que el Gobierno negocia con bancos internacionales bajo coordinación de JP Morgan.
El esquema es sencillo: Argentina tomaría unos $20 mil millones para recomprar bonos actuales, extendiendo plazos y bajando cupones.
El efecto sería mecánico: menos deuda neta, mejor perfil de vencimientos, mayor capacidad de pago → menor riesgo país → entrada de dólares financieros → fortalecimiento del peso.

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El problema es político: Jamie Dimon (JP Morgan CEO) sugirió que el préstamo podría no ser necesario si el flujo de inversiones privadas continúa. Pero sin esa operación, el “desempate” entre el Gobierno y el mercado no se produciría.


Bonos en pesos: boncap, lecaps y la prima por bandas cambiarias

En el frente local, los bonos en pesos volvieron al radar. La tasa fija volvió a ganarle a la CER y TAMAR, reflejando el “premio por incertidumbre cambiaria”.
El nuevo T30A7 (abril 2027) rinde una TIR del 16 % en dólares, si se supone que el dólar oficial llega al techo de la banda. En cambio, un bono dólar-linked similar (BOPRE27) rinde 8 %.

La diferencia es la prima implícita por riesgo de cambio. Mientras el mercado descuenta que en 2026 podría modificarse el esquema de bandas, el Gobierno insiste en que seguirá.
La curva de futuros aún opera por encima del techo de la banda, reflejando esa desconfianza.

Para inversores tácticos, los boncap y lecaps ofrecen una apuesta más agresiva con mayor TIR; los CER/TAMAR, cobertura más defensiva.


Mercado argentino y dólar: bandas, CEPO corporativo y el problema dinámico

El dólar mayorista se ubica un 5 % por debajo del techo de la banda (≈ $1.450).
El tipo de cambio real multilateral (TCRM) ronda los 100 puntos, su promedio histórico, lo que indica que no hay atraso cambiario visible.
Además, las exportaciones en cantidad están en máximos históricos, evidencia de competitividad.

El problema no es la foto, sino la película: el mercado oficial funciona sin dos jugadores clave —el sector público que debería recomponer reservas, y las empresas privadas que aún tienen restricciones para comprar divisas—.
Hasta que no participen, no hay equilibrio genuino. El esquema de bandas luce ordenado, pero su sostenibilidad depende de incorporar a esos actores sin romper el techo.


Riesgo global: shutdown, liquidez y rotación sectorial en EE. UU.

Mientras Argentina discute su régimen cambiario, el mundo enfrenta su propio problema: la falta de liquidez en dólares.
El shutdown estadounidense ya es el más largo de la historia y afecta desde pagos a empleados federales hasta la publicación de estadísticas.
Durante la última semana, cada vez que los republicanos y demócratas amagaron con un acuerdo, los ADRs argentinos reaccionaron al alza. Cuando el acuerdo se trabó, volvieron a caer.

En paralelo, los flujos se movieron de los sectores growth hacia defensivos: energía, real estate, consumo básico.
La lectura técnica del S&P 500 y el Nasdaq muestra una corrección sana: caída hacia la media de 50 días, sin quiebres estructurales.

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Big Tech, IA y valuations: el caso AMD, Nvidia, Microsoft y Apple

Las tecnológicas líderes corrigieron fuerte: Nvidia -7 %, Microsoft -4 %, Apple -0,7 %.
Pero los balances siguen mostrando fortaleza. AMD, por ejemplo, creció ingresos un 36 %, con márgenes brutos del 50 %.
El problema no es la rentabilidad, sino la valuación: forward P/E ≈ 40, price-to-sales ≈ 12, ambos en máximos quinquenales.

No hay burbuja, pero sí exceso. El mercado empieza a descontar que, incluso con resultados sólidos, no hay mucho más margen de suba en el corto plazo.
Por eso la rotación hacia sectores de “dinero real” —bancos, energía, consumo— coincide con el sesgo que JP Morgan ve en el mercado argentino.


Mercado argentino: táctica por perfiles

  • Corto plazo (0–6 m): bonos en dólares (AL29–AL35) y lecaps.
  • Mediano (6–18 m): bancos y energía en equity; bonos soberanos hasta 8,75 % TIR.
  • Largo (>18 m): recompras y MSCI como catalizadores; tasas convergiendo a 6 %.

Señales a monitorear

  1. Anuncio de recompra de deuda → podría bajar riesgo país > 10 %.
  2. Cambios en bandas cambiarias o CEPO corporativo → impacto en curva de futuros.
  3. Revisión MSCI → ventana 2026, oportunidad de flujos pasivos.
  4. Shutdown EE. UU. y tasas globales → clave para ADRs.

Conclusiones para el mercado argentino: lo que puede salir bien (y mal)

El mercado argentino está en un punto de inflexión:

  • Los precios no son caros.
  • El flujo local sostiene.
  • Los inversores extranjeros miran con interés.

Pero la confianza no se decreta: se gana con coherencia.
Si el Gobierno logra destrabar el dilema entre riesgo país y reservas —ya sea por recompra o apertura—, los activos argentinos podrían tener otro tramo de rally, incluso en un entorno global más duro.

Si no lo logra, el riesgo es claro: lateralización, dolarización defensiva y un regreso al clásico patrón de esperanza seguida de desilusión.
Por ahora, el crédito de confianza sigue vigente. Pero el reloj, como siempre, corre más rápido que la política.


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